Sin Dios, no puede haber paz

Sin Dios, no puede haber paz

El hombre no puede vivir en paz consigo mismo, ni se puede garantizar la paz a la sociedad sin esta fórmula: ninguna otra fórmula funciona. Sólo el amor a Dios puede dar lugar a un verdadero respeto a Su creación. Cuanto más alto es el orden de la creación, más se acerca al Creador, y más se refuerza el vínculo entre el Creador y lo creado.

El hombre comienza a respetar a los demás hombres por un objetivo más elevado y más noble: el respeto y la obligación debidos a Su Creador hace que el hombre respete a la humanidad. Se puede afirmar, que, en esencia, es el amor de Dios el que se transforma en el amor por Su creación. Eliminemos hipotéticamente a Dios del escenario por un momento, y veremos, como de repente, las relaciones humanas adquieren una perspectiva completamente distinta.

El vacío creado por la no-existencia de Dios, se rellena bruscamente con el ego humano. La filosofía de que el hombre puede vivir sin Dios es muy ingenua y extremadamente ignorante. Lo que el ateísmo al final consigue, no es matar a un Dios, sino que, de golpe, da vida a una miríada de dioses. Cada ser vivo consciente adquiere, de repente, el papel de un dios por sí mismo. El ego, el individualismo y la dedicación exclusiva a los propios fines, crecen con plena fuerza y poder.

Las sociedades construidas con estos individuos como ladrillos, siempre son sociedades egoístas y orientadas hacia si mismas. No hay lógica para mostrarse beneficioso hacia los demás, sin que haya alguna motivación oculta. No queda un punto de referencia externa en la forma de un Dios Benefactor, que es el Unico punto de enlace y encuentro de todas las formas decreación. Este es la esencia última de Ia filosofía Islámica. Sin volver hacia DIOS, no podemos alcanzar la paz, y sin esta paz, no se puedeedificar una sociedad pacífica. Todos los esfuerzos humanos para crear la paz a partir de motivaciones egoístas y ocultas están destinados a fracasar y a no conducir a ninguna parte Si no hay DIOS, no hay paz. Esta es la verdadera sabiduría.

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